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Edificios que comen Smog

Muchos de los llamados edificios verdes ayudan a disminuir la contaminación de su entorno en base a que las características de su diseño minimizan el uso de energía. Esto es interesante e importante, sin embargo, hay otra forma muy original en que los edificios pueden contribuir a mejorar el medio ambiente: ¡’comiendo’ smog!

Veamos de qué se trata…

Primero es obligado revisar las características de un compuesto común, el ‘dióxido de titanio (TiO2).

¿Cómo lo hace?

Cuando la luz ultravioleta pasa a través del aire contaminado e incide en el dióxido de titanio ubicado como cubierta de módulos especiales, se produce una reacción química entre el TiO2 y los químicos en el smog. Es decir, la incidencia de la luz solar sobre el TiO2 le da la capacidad de neutralizar a los óxidos de nitrógeno (NOx) –Una combinación de óxido de nitrógeno (NO) y dióxido de nitrógeno (NO2), compuestos que causan problemas respiratorios en humanos, merma de ozono y lluvia acida–, así como a compuestos orgánicos volátiles y otros contaminantes.

No es el lugar aquí para detallar las complejas reacciones químicas que ocurren en este momento, y para simplificar, diremos que el resultado de esta reacción es que el smog se descompone en pequeñas cantidades de químicos menos nocivos, incluyendo nitrato de calcio (una sal utilizada en fertilizantes), dióxido de carbono, y agua. En este proceso el TiO2 en el módulo no se afecta ni degrada, por lo que la reacción mencionada se puede mantener activa prácticamente por toda la vida de dicho modulo.

Diseñado para alcanzar una eficiencia máxima, el modulo utiliza formas generadas por computadora y técnicas de fácil ensamblado, para elaborar losetas tridimensionales que tienen la característica de maximizar la exposición de la cubierta de TiO2 a la luz solar y de esta manera optimiza la tecnología que combate a la contaminación.

El elegante modulo base tiene una apariencia orgánica natural, nos recuerda un desarrollo biológico y, en muchos sentidos la forma del diseño escultural parece estar inspirado por la tecnología molecular que contiene. Aun así, a pesar de la complejidad del patrón simétrico de 5 pliegues, aparentemente irregular, el sistema está compuesto de dos módulos Orly que se repiten aquí, modularidad expresa complejidad. ProSolve 370s puede ser instalado como un elemento de una fachada de un edificio y de acuerdo con los diseñadores, es una propuesta que tiene la capacidad de ‘armonizar’ en forma efectiva con los edificios actuales, permitiendo además que estos ‘actúen’ en una forma diferente.

De hecho, la firma alemana Elegant Embellishments Ltd. afirma que la aplicación de este material foto-catalítico (ProSolve 370s) en proyectos arquitectónicos, lleva a esta novedosa tecnología a otra dimensión más eficiente al permitir a los edificios que utilizan este producto reduzcan la contaminación del aire; ¿cómo? pues como ya se explicó, literalmente ‘comiéndose’ el smog.

Ahora bien, todos sabemos que la ciudad de México es, junto con la ciudad de Nueva York, la tercera aglomeración humana más poblada del mundo, con más de 20 millones de habitantes; tristemente también es una de las ciudades más contaminadas de la orbe. Su tamaño y descuido ambiental resulta un riesgo muy alto a los habitantes de esta ciudad.

¡¡Urgen soluciones!!

Un nuevo proyecto parece haber encontrado una innovadora solución que esta ya contribuyendo a mejorar el problema de la calidad del aire.

La firma alemana Elegant Embellishments Ltd. mencionada previamente, y el Hospital Manuel Gea González, ubicado en la Ciudad de México, establecieron una alianza estratégica a través de la cual realizaron un proyecto que consistió en instalar en el Hospital una fachada elaborada a base de ProSolve 370s, específicamente en una de sus unidades: La Torre de Especialidades. Actualmente el proyecto está terminado y ayuda a neutralizar las emisiones contaminantes a su alrededor. En teoría es capaz de disolver la contaminación equivalente a la producida por 8,750 coches cada día.

El Hospital Miguel Gea González, conocido también como la Torre de Especialidades Médicas de la Ciudad de México, tiene una fachada muy particular. A la vista pareciera una decoración, similar a los patrones de una esponja o un coral gigante; en realidad la función de esta estructura va más allá. Cuando los rayos ultravioleta llegan al material bañado en dióxido de titanio, desencadenan una reacción química que absorbe y transforma el esmog. Al final, en lugar del esmog, queda dióxido de carbono y agua.

La fachada, de 100 metros de longitud, no solo esta revestida de este material sino que además incluye un diseño en forma de red pensado para absorber la mayor cantidad de aire y luz posible. La firma alemana está implementando la idea en varios edificios en todo el mundo.

La publicación en línea ECOESFERA comenta: ‘El proyecto es el primero de su tipo en México y tiene el potencial de imponer un nuevo estilo arquitectónico para la ciudad y, quizá mas allá de convertirse en una moda, podría convertirse en una avalancha de transformaciones que cambien la percepción de la función de la arquitectura dentro de una ciudad, así como la forma en la que algunas comunidades perciben la ciudad que los rodea; las paredes pueden dejar de ser objetos inanimados que nos contienen y convertirse en una parte activa de nuestra futura sustentabilidad.’

Como lo comento el equipo de diseño, el diseño es particularmente importante ya que aparte de ser agradable a la vista y realmente intrigante, la forma potencializa el alcance de la reacción química descrita anteriormente optimizando su poder para disminuir significativamente la contaminación.

La cofundadora de la firma Allison Dring explica que las baldosas forman una red quasicristalina que generan una omni-direccionalidad y engrandecimiento de la superficie la cual mejora su habilidad de recibir y dispersar los rayos UV y maximizar las propiedades purificadoras del TiO2. Además las formas disminuyen la velocidad de los vientos y crean una turbulencia que distribuye mejor los contaminantes sobre las superficies activas.

El hospital es la primera instalación a gran escala, pero esperan cubrir en un futuro más edificios. Otros proyectos menores son la terraza St. George en Australia y un hotel en Abu Dhabi. Lo práctico es que estas estructuras pueden ponerse en diferentes partes: estacionamientos de autos, túneles, paredes y techos  interiores, etc. Por lo tanto, en un futuro sería posible crear una ciudad que se deshiciera de una parte importante de su propia contaminación.