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Tierra, la mejor medicina para el efecto Coronavirus

El nuevo virus COVID-19 o como mejor se le conoce “Coronavirus” se ha convertido en un factor extremadamente dañino no solo para la salud, si no también para la economía mundial causando el derrumbe masivo de las principales bolsas financieras del mundo.

Por si fuera poco el petróleo, uno de los principales commodities internacionales se ha desplomado después de que Arabia Saudita y Rusia, miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no llegaron a un acuerdo sobre la producción del crudo provocando una guerra de precios y causando pánico en los mercados mundiales.

Ante la falta de certidumbre en el panorama económico internacional, las principales instituciones financieras (banca, casas de bolsa, aseguradoras, etc.) se encuentran entre la espada y la pared. El riesgo de que empresas y consumidores comiencen a caer en default y dejen de pagar sus créditos incrementa al mismo tiempo que los inversionistas buscan conservar el valor de su patrimonio obligándolos a retirar sus recursos del sistema financiero causando un problema de liquidez en el sector. En pocas palabras las instituciones financieras no recuperan lo que prestaron y no tienen la liquidez necesaria para cubrir la demanda de capital por parte de los inversionistas.

Pero aquí es donde todos nos hacemos la misma pregunta ¿Qué puedo hacer?. La respuesta esta bajo nosotros. “TIERRA”. La mejor manera de preservar el valor de tu dinero al mismo tiempo que adquieres un bien que al pasar los años va a incrementar su valor por si mismo y con un mínimo riesgo es invirtiendo en propiedades inmobiliarias.

La naturaleza del mercado inmobiliario es que este incrementa su valor con el tiempo, generando ganancias por concepto de plusvalía incluso antes de invertir en desarrollar un proyecto. La probabilidad de perder valor en la inversión es prácticamente nula y a diferencia de otras opciones de inversión el mejor momento para adquirir predios es durante las épocas de incertidumbre donde el poder de negociación favorece en gran medida al comprador.

En conclusión cuando el dinero entra en el sistema financiero se vuelve solo un número en una cuenta, en realidad no existe físicamente hasta que te lo devuelvan en la mano, depende de una cadena de eventos para que vuelva a ti, mientras que en el caso de la tierra esta ahí, es tangible y no se mueve de lugar, no pierde valor y lo que es más importante provoca una certidumbre que es lo que más valor tiene en estos tiempos difíciles.